El champán rosado es hoy una de las expresiones más buscadas de los vinos de Champagne. Con su delicado color y sus aromas afrutados, encarna al mismo tiempo la exquisitez y la elegancia. Pero ¿qué lo hace tan especial? Descubramos juntos su historia, sus métodos de elaboración, sus maridajes gastronómicos y las grandes cuvées rosadas de la Maison Laurent-Perrier.
La historia del champán rosado
Aunque el Champagne existe desde el siglo XVII, el rosado apareció algo más tarde, en el siglo XVIII. Nació del deseo de algunos viticultores y Maisons de proponer una cuvée más colorida y expresiva. En aquella época, los vinos tranquilos de Champagne ya podían presentar un tono rosado, obtenido por maceración parcial de uvas negras.
En 1968, Laurent-Perrier presentó un champán rosado de maceración no millésimé: Cuvée Rosé. Pionera en su categoría, la Maison abrió el camino a una nueva generación de champanes y otorgó prestigio a esta categoría, que no sería reconocida oficialmente en Champagne hasta 1981.
Desde entonces, las Maisons han perfeccionado su savoir-faire y suelen ofrecer un rosado en su gama, elaborado con frecuencia por ensamblaje y, más raramente, por maceración o por el método de sangrado. Durante mucho tiempo considerado una rareza, el champán rosado se ha impuesto poco a poco, seduciendo a una clientela en busca de vinos afrutados y refinados. Hoy en día, representa alrededor del 10 % de la producción total de Champagne, tanto en Francia como a nivel internacional.
Las variedades de uva del champán rosado
El champán rosado debe su personalidad al ensamblaje de las variedades champenoises:
- – Pinot Noir: la variedad reina para los rosados, aporta estructura, intensidad aromática y notas de frutos rojos.
- – Meunier: proporciona redondez y suavidad, contribuyendo a rosados accesibles y seductores.
- – Chardonnay: uva blanca, añade finura, frescura y complejidad aromática a ciertos ensamblajes.
El equilibrio entre estas variedades varía según cada Maison, dando lugar a estilos muy diferentes, desde rosados ligeros y delicados hasta cuvées más vinosas y potentes.
Las técnicas de elaboración del champán rosado
El champán rosado es único en el mundo y puede elaborarse mediante tres métodos distintos:
El rosado de ensamblaje
Es el método más extendido. Consiste en ensamblar una pequeña cantidad de vino tinto (de Pinot Noir o de Meunier vinificado como tinto) con un vino blanco tranquilo antes de la segunda fermentación en botella.
Esta técnica permite controlar con precisión la tonalidad final, del rosa pálido al salmón rosado, garantizando al mismo tiempo una gran constancia de estilo de un año a otro. Champagne es la única región del mundo autorizada a producir rosado de ensamblaje.
El rosado de maceración
Más raro y exigente, este método consiste en dejar macerar las uvas negras con sus pieles durante algunas horas. Esta etapa colorea naturalmente el mosto y le aporta una intensidad aromática más marcada, con notas de frutos rojos frescos y, a veces, especiadas.
Los champanes rosados de maceración suelen ser más complejos y vinosos, y seducen a los amantes de cuvées con carácter.
El rosado de sangrado (rosé de saignée)
A diferencia del rosado de maceración, la fermentación comienza directamente en la cuba de maceración. Los rosados de sangrado son generalmente más afrutados, mientras que los rosados de maceración suelen ser más frescos.
Maridajes gastronómicos con champán rosado
- – En el aperitivo: charcuterías finas.
- – Con pescados y mariscos: salmón, atún sellado, langosta o sashimi.
- – Con carnes blancas: aves asadas, ternera con hierbas o incluso magret de pato con vinagre de frambuesa; también con platos especiados (asiáticos o indios).
- – Con quesos: un champán rosado delicado pide un queso regional como el Chaource, acompañado de una mermelada de frutas.
- – Con postres: frutos rojos frescos, tartas de fresa o frambuesa o una pavlova de frutas.
En definitiva, el champán rosado es uno de los más versátiles en la mesa, capaz de realzar tanto platos sencillos como creaciones gastronómicas refinadas.
Los champanes rosados de Laurent-Perrier
Cuvée Rosé
Icono de la Maison, Laurent-Perrier Cuvée Rosé es una referencia imprescindible desde su creación en 1968. Elaborada exclusivamente a partir de Pinot Noir, se produce mediante el raro método de maceración. Esta elección audaz revela toda la intensidad aromática de los frutos rojos –fresa, frambuesa, grosella, cereza– manteniendo gran frescura y una precisión notable.
Su color de un rosa salmón brillante, su vivacidad y su carácter goloso lo convierten en un champán imprescindible para los amantes de los rosados de excepción. Se disfruta tanto en el aperitivo como en la mesa, especialmente con platos refinados como un carpaccio de atún o un magret de pato con vinagre de frambuesa.
Alexandra Rosé Millésimé
Creada en 1987, la Alexandra Rosé es una cuvée de prestigio rara y confidencial. Solo se elabora en las grandes añadas. Producida a partir de los mejores crus de Chardonnay y Pinot Noir, combina finura y potencia, fruta intensa y complejidad aromática.
Es un champán concebido para la alta gastronomía: realza especialmente la caza de pluma, las carnes refinadas y las creaciones culinarias más elaboradas. Verdadera cuvée de conocedores, Alexandra Rosé es la expresión suprema del champán rosado.
Conclusión
El champán rosado es mucho más que un champán coloreado: es la expresión de la creatividad, el savoir-faire y la audacia de las Maisons champenoises. Ya sea de ensamblaje o de maceración, seduce por su frescura, su riqueza aromática y su versatilidad.
Con Cuvée Rosé, pionera y emblemática, y la prestigiosa Alexandra Rosé Millésimé, la Maison Laurent-Perrier se impone como una referencia indiscutible en el universo de los champanes rosados, ofreciendo a aficionados y conocedores cuvées de excepción que combinan elegancia, intensidad y refinamiento.
